Te preocupas por todos y no por ti: Síndrome de Wendy

La preocupación por un hijo, un familiar, un amigo cercano es un estado natural y empático para cualquier persona, pero a veces esta relación se vuelve exagerada, convirtiéndose en sobreprotección o control desmedido.

Todos alguna vez nos sentimos tristes o desanimados por situaciones como una enfermedad, la pérdida de un empleo, la muerte de un familiar o un divorcio. Estos sentimientos de dolor tienden a ser menos intensos con el paso del tiempo y retomamos nuestro camino.  En la medida que desaparece la conmoción inicial, las reacciones pueden variar de acuerdo con la persona afectada.

El síndrome de Wendy sucede cuando la persona no se recupera del todo de su problema o pérdida y ante la aparición de un problema que no es suyo, sino que lo vive otra persona, tratará de ayudarla olvidándose del suyo, comprometiéndose a tal grado que sufre la enfermedad o problema emocional de la otra persona como si la tuviese en carne propia.

¿Qué es el síndrome de Wendy?

El síndrome de Wendy se refiere a la necesidad de satisfacer y colmar de deseos a otra persona (normalmente la pareja o los hijos), dejando los propios en un segundo plano, con los problemas que eso conlleva. Este síndrome es muy difícil de detectar, sobre todo en nuestras sociedades latinas donde las madres son muy sobreprotectoras.

Una persona que se preocupa por otros más que por sí misma es envuelta con un aura de benevolencia y hasta santidad, es decir, se considera una conducta deseable. Por ello, se debe tener en cuenta la influencia de la cultura para considerar este comportamiento como un trastorno o no.

Sin embargo, con independencia de que estos comportamientos sean considerados como un síndrome o como lo esperable, lo cierto es que vivir así trae consigo una serie de consecuencias negativas a nivel emocional.

En ocasiones tendemos a decir que este trastorno solo aparece en mujeres lo cual no es cierto pues si bien la función materna es llevada a cabo las mujeres los hombres también pueden hacer la función. Y en verdad que en nuestras familias existen hombres que son verdaderas madres sobreprotectoras y controladoras.

El miedo al rechazo o abandono es la principal causa que se esconde detrás del síndrome de Wendy que, unido a las influencias culturales, estilo educativo, rasgos de personalidad hacen que muchas personas le solucionen problemas a otros sin que su ayuda sea solicitada, teniendo como efecto que el otro se vuelva dependiente o bien, rebelde y hostil por tanta atención.

En consulta, hay Wendys que me traen a otras personas a terapia pues desde su perspectiva necesitan ayuda. En el 90% de los casos, quien necesita la terapia en realidad es Wendy y cuando se ve confrontada con la realidad muchas veces huye con su protegido para ponerlo a salvo.

Si Wendy quiere cuidar a Peter Pan, quien ha decidido no crecer ¿Quién es tu Peter Pan al que sobreproteges?

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