RESIGNIFICAR DESDE LAS EMOCIONES EL PESO Y LAS RELACIONES

RE SIGNIFICAR DESDE LAS EMOCIONES EL PESO Y LAS RELACIONES

Comer, además de alimento, proporciona amor y dulzor a la vida desde el punto de vista simbólico. Cuando amas a alguien tratas de ofrecerle aquella golosina que más te gusta. Si quieres festejar algo, le invitas a una cena memorable al igual que cuando te disgustas con ella, pierdes el apetito.

Es innegable la relación que existe entre la comida, los malos hábitos de alimentación, la nutrición emocional y las relaciones familiares y de pareja. Un caso interesante y que se me autorizo a publicar es el de un joven de 35 años que padecía de obesidad. Todo comenzó el día en que un familiar teniendo el 5 año le acaricio sus testículos. Una sensación agradable que le provoco angustias ya que él quería soltarse que la situación y no podía. Esto le sucedía siempre cuando se reunía toda la familia a cenar y solo se terminaba su angustia cuando eran llamados a la mesa y le dejaban libre.

Después de un tiempo de este conflicto estresante se quedó programado en la liberación del conflicto a través de la comida con la que bajaba la carga de estrés. Con el paso del tiempo un nuevo conflicto apareció. El alivio de estrés que lograba comiendo generó un nuevo conflicto. En este caso uno auto provocado de imagen, donde al verse en el espejo, se veía feo, deforme, obeso. Este conflicto provoco el rechazo a su propio cuerpo y estableció muros emocionales que le impidieron relacionarse a tal grado que nunca había tenido pareja.

En la interacción entre la comida, el peso y os vínculos filiales y afectivos se establecen relaciones intra y extra personales donde además de que las personas que engordan se construyen tipos de relaciones donde muchas veces se sufre. La expresión simbólica de esta relación se expresa en necesidades y conflictos que tiene que ver con “protegerse, defenderse, ser visto, ser reconocido, sentirse cerca de algo o alguien o lo contrario sentirse separado rechazado por algo o alguien entre otros” ya sea de forma real o simbólica son expresiones de alarma ante un tipo de vivencia, situación o trauma instaurado de forma inconsciente o adquirido por la historia familiar.

Lo cierto es que por más o menos que comamos ni los huesos, los músculos y los órganos no van cambiar su forma o tamaño. O que cuando nos sentamos a comernos un chocolate porque nos fue mal en la oficina, con la familia o la pareja vamos a poder cambiar la relación. Tanto en el sobrepeso, como en los conflictos de relaciones solo se acumula bajo la piel la grasa. Grasa para proteger nuestro ser. Y en nuestra vida se acumulan las insatisfacciones y los estancamientos (en ambos la vida se torna lenta difícil e insatisfactoria).  Entonces se retienen líquidos, emociones toxicas e historias familiares que solo podremos eliminar al resignificar la vida y la historia de cada cual.

Al resignificar desde las emociones el sobrepeso, las relaciones familiares y de pareja, inconscientemente se logra una nutrición emocional donde el organismo deja de camuflarse y levanta todos los escudos protectores. Solo así la persona va establecer una sana y armoniosa relación consigo mismo, con su cuerpo y con los demás. sin necesidad de protegerse por el miedo a ser lastimada. Ocupando el lugar y el espacio que deseamos para vivir con toda la felicidad que somos capaces de proporcionarnos sin la necesidad de reclamos, ni esperas.

 

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