Tres pasos para liberar un corazón encerrado
Todos conocemos a alguien cuya dureza de carácter nos hace sentir como que tiene una pared que no nos deja llegar a ellos. Solo a veces dejan ver su verdadera persona emocional que vive dentro de este muro. Puesto que el crear esta coraza genera bloqueos tales que la propia persona se convierte en prisionero de sí mismo. Este muro, es un muro energético formado por emociones que se han quedado atrapadas a lo largo de la vida.
Aun que se piense que estamos hablando de una metáfora o algo puramente energético no es así. Estos muros son en un inicio corazas emocionales que con el tiempo se manifiestan a través de las cadenas musculares y los órganos que se encuentran en la parte del cuerpo que se acorazó.
Dentro de estos acorazamientos el más común es el compromete al pecho y a nuestro corazón. Cuando una persona ha vivido situaciones de sufrimiento donde se comprometen sus afectos entonces crea una coraza que hace imposible el libre flujo de los afectos y con el tiempo aparecen las enfermedades del corazón. En otras palabras, se encierra al amor para no sufrir.
En un primer momento la pared creada frente a tu corazón es la mejor para cuando es necesaria esta protección. Sin embargo, cuando el miedo o el rencor que afectan al corazón se hace permanente entonces la angustia se convierte en una verdadera tristeza de corazón. Otros efectos secundarios pueden ser dolor de cuello, de hombros, de espalda, en el pecho, disminución del sistema inmunitario.
Lo ideal sería que cuando el peligro ya ha pasado, se deje de bloquear nuestra capacidad de dar y recibir amor, evitando así crea aislamientos, depresiones y/o, adicción. Para ello hay que expresar las emociones y liberar el corazón. Dejarlas salir, sean las que sean, ya sea hablándolo, sintiéndonos comprendidos, llorando…Darles el reconocimiento y el sentido necesario para que puedan salir de nosotros.
El corazón es el musculo de los afectos, no permitas que el dolor le afecte
Permítete sentir y liberar el dolor.
Te proponemos unos pasos sencillos para ello:
Si tienes un dolor emocional a causa de perder a un ser amado ya sea por una ruptura amorosa o por que se mudó o falleció
- Date el tiempo necesario para sentir dolor y llegar a un acuerdo con tus sentimientos. Experimentando tu perdida como un periodo de renovación.
Te será imposible dejar de extrañar a la persona si no te das el tiempo para ralentizar la marcha, expresar tus emociones y lamentar la pérdida de la persona que ya no está contigo.
Todas las personas experimentan el proceso de duelo de una manera completamente distinta.
- Si sientes dolor y necesitas estar solo por un tiempo, asegúrate de que tus amigos y familiares estén al tanto. Ten la certeza de que las personas que son importante para ti y tú les eres importante sepan de ti no sea que cuando las necesites no puedan encontrarte
Entiende que te tomará un tiempo liberarte de todo el dolor, pero no estás solo y que necesitar un tiempo para estar contigo no significa estar solo o aislado. Por tanto, si pasas demasiado tiempo a solas y sintiéndote solo, asegúrate de rodearte de otras personas.
- Por último y no menos importante practica el perdón, para con los demás y para contigo.
El resentimiento suele aparecer cuando nos hemos sentido engañados, humillados u ofendidos. Cuando no hemos expresado nuestra rabia, equilibrando de algún modo la balanza para reparar lo vivido. Nos encerramos desde nuestro corazón
Date la oportunidad de expresar libremente tus emociones para reparar tu daño y conectar con tus necesidades
Deja ir el dolor pues de nada sirve tramar una venganza que solo genera más violencia; y con ella trae culpa y remordimientos… Es momento de que perdones. Que te perdones a ti mismo Que perdones a la vida por traerte esta situación incómoda. Que comiences a retomar tu camino, sin el peso del rencor y liberes la prisión que impusiste a tu corazón