La comunicación inconsciente: lo que no se dice de como hablan chicos y chicas

Se ha estudiado cómo la forma de hablar de mujeres y hombres impacta en la comunicación entre ambos, el momento del habla, quién interrumpe más, quién es interrumpido con mayor frecuencia, qué tipo de formas gramaticales usamos unos y otros, quién tiene más vocabulario, quién expresa mejor las emociones, y por qué muchas veces no podemos entendernos.

Las chicas tienden en el día a día ser más elocuentes, más correctas y discretas en sus discursos y a expresar sus ideas de forma más emotiva. Usan tonos de voz agudos, timbres altos y realizan cambios de entonación más acusados. Son más expresivas en sus gestos faciales y gesticulan más.

Por el contrario, los hombres dando muestras de carácter se expresan de manera segura, articulando discursos más racionales y objetivos dejando de lado lo emocional y usando términos menos expresivos.

Los chicos usan una entonación más plana, con menos alternancia, lo que consigue dar más credibilidad al argumento y menos sensación de implicación emocional.

Al reconocernos dentro de un género se marca una diferencia en nuestra manera de comunicarnos es pertenecer a un género u a otro. Es decir, haber nacido con un sexo biológico determinado y haber sido socializado según las normas, valores, conductas y creencias culturalmente construidas y asignadas a dicho sexo y, por tanto, haber aprendido unos patrones de conducta considerados “femeninos” o “masculinos”

Si bien no hay una diferencia biológica que marque estos conductos lo cierto es que las relaciones sociales hacer que no demos el mismo uso a nuestros instrumentos biológicos. El ejemplo más fiel es la relación entre la norma cultural de “Los hombres no lloran” cuando en realidad son biológicamente más emocionales que las mujeres.

Cuando interactuamos en una conversación dentro de una relación de pareja se implican factores que van desde el componente verbal del mensaje en sí mismo, pasando por componentes de tipo no verbal que modulan el mensaje (tono, volumen, timbre, acento, risas, pausas de la voz) hasta aquellos componentes no verbales más relacionados con la expresión corporal, como los gestos, la mirada, la postura o la proximidad.

Sin embargo, nunca tenemos en cuenta nuestras reacciones inconscientes, desde el plano inconsciente es que una persona nos atrae y nos hace elegir a nuestra pareja. Si aprendemos a que cuando se da un conflicto puedo intentar ver lo que hay más allá de éste, me daré cuenta de la razón o función que tiene y entonces, más que sentirme voy a aprender.

Cuando ambos miembros de la pareja logran trabajar esta información la relación se transforma y renace basada en el amor, comprensión, libertad y respeto mutuos.

De estos temas estaremos compartiendo en nuestro próximo taller: