El cáncer y la función del padre

El cáncer y la función del padre

A pesar de todos los avances de la ciencia y en particular la medicina, en temas de investigación la aparición del cáncer sigue siendo un enigma que se atribuye a muchísimos factores.

El cáncer está definido como, “un grupo de enfermedades caracterizadas por un crecimiento de células anormales no controlado y que se esparcen. Si el esparcimiento no se controla, puede dar como resultado la muerte” de acuerdo con la American Cancer Society.

El desarrollo del cáncer no solo depende de lo que comemos, y de factores ambientales, sino que, también depende de nuestras emociones y de los conflictos que se relacionan con estas. Depende mucho de nuestra manera de afrontar los conflictos y relacionarnos con nosotros mismos y nuestros semejantes.

Los conflictos pueden ser el origen del cáncer. Aunque no ha sido prioridad para la ciencia trabajar el tema de los conflictos emocionales como causa de las enfermedad numerosos científicos se han escritos sobre ello. Entre los más notables se encuentran Byroon Good y Kaja finkler, Esta ultima antropóloga describe estos conflictos como “Heridas de vida” en los últimos años otros científicos como el Terapeuta Teddy Rivero se han dedicado a demostrar que los conflictos no resueltos y el estrés contribuyen a que el cáncer se desarrolle más rápido.

El papel de la familia es el más importante a la hora de aprender a manejar el estrés y los conflictos. Se ha demostrado que las personas que cuentan con apoyo emocional efectivo por parte de sus seres queridos viven más y tienen mejor calidad de vida que aquellas personas que viven aislados emocionalmente.

Poco se ha  tomado en cuenta que la posición materna es de protección y la paterna de seguridad para el desarrollo tanto físico como mental del niño y de ahí que se desarrolle una persona que sea capaz de gestionar sus conflictos sin tener que enfermarse.

Sobre todo, en nuestras culturas latinas se considera que el embarazo, parto y crianza son cosas de mujeres, y los padres están excluidos. Es cierto que para muchos hombres esto no supone demasiado cambio respecto a su rutina habitual, pero otros necesitarán un periodo de «adaptación».

Sin embargo, una buena actuación del padre en este período y luego en la crianza de los hijos garantizará que estos puedan manejar los conflictos que detonan el desarrollo del cáncer.

 

A continuación, te dejamos algunos consejos que te pueden ser de utilidad  y que evitarán en el futuro la aparición de esta enfermedad

Estar presente.

Los niños en su crecimiento no necesitan grandes cosas. Yo diría que solo necesitan recrear su existencia como un escenario donde representarse y verse representados. La figura paterna es muy importante dentro de este escenario. Estar presente en todo momento debería ser lo más importante para el padre en relación a su hijo. Y no significa que este físicamente las 24 horas del día, sino tan solo que el niño reconozca la función paterna realizada por el padre.

No significa que siempre debes estar con tu hijo (algunas veces tienes que dejarlos tener su propio espacio). Pero cuando estés presente, de verdad hazte presente en el momento. No es simplemente dejarse llevar; demuéstrales a tus hijos que estás ahí. Aprecia los momentos simples, incluso las discusiones estresantes, porque los niños crecen muy rápido, y un día extrañarás ese temperamento berrinchudo.

Escuchar atentamente

Existe una diferencia entre oír y escuchar. La escucha atenta casi siempre hace que los conflictos desaparezcan. Los padres pasan mucho tiempo diciendo “no”, diciéndoles a sus hijos qué hacer, y enseñándoles lo que saben. Requiere de mucha plática; pero no te olvides de escuchar también. Tus hijos tienen más para compartir de lo que te imaginas, y ser un buen escucha te hará mejor padre.

Reír juntos

La risa tiene el poder que cambiar un momento, aflojar tensiones y crear vínculos de empatía que si se crean en la niñez no se borrarán jamás. Recuerda esos momentos de risa de tu niñez y compártelos con tu hijo. No contándoselo sino haciendo esos juegos pues le estarás compartiendo una parte importante de ti. No importa si te ves ridículo, le estarás enseñando a ser él a través de ti. Cuenta historias risibles, ten una batalla de cosquillas, haz bromas tontas paternales y rían juntos. No eres su amigo, pero enseñaras a tu hijo(a) a serlo

Riñas

En las etapas de crianza es normal que los padres entren en desacuerdo. Jamás hagas participe a tus hijos de las paleas. No vincules a los peques en los problemas de los adultos. Y recuerda que por más dura que sea la vida para ti “Sí y Sí”, necesitas ser gentil con tus hijos, y “nunca jamás” debes lastimarlos o peor aún defraudarlos. Recuerda tu eres su héroe.

Sin embargo, algunas veces una pequeña disputa es exactamente lo que tus hijos necesitan. Casi siempre simbólica en juegos, luchas, persecuciones, jugar deportes, sudar, tener una competencia … un poquito de juego físico (pero seguro) puede ser útil para su desempeño de adulto.

Los intereses comunes

Observa que siempre nos terminamos pareciendo a quienes no queremos parecernos. Es una forma de solucionar el conflicto cuando la relación padre hijo(a)  no a sido tan buena. Por ello es importante que tus hijos te imiten para que luego sean ellos mismos. Por favor descubre intereses que compartes con tus hijos. No siempre tienen que ser reglas, quehaceres y lecciones de vida. Aprendan a hacer cosas tan sencillas como bailar, enséñale a cocinar, viajen juntos a un lugar nuevo, lean juntos. La actividad, en realidad no importa, lo que importa es el tiempo que pasen juntos.

Enseñarles a respetar.

El principio del respeto conlleva que: “nadie te va a respetar si tú no te respetas, nadie te va a querer si tú no te quieres” Los niños aprenden relaciones saludables de sus padres. Ellos ven y viven el respeto con que los tratas y es el mismo que se darán a sí mismos. También ven cómo tratas a otros, y especialmente cómo se tratan el uno al otro entre los padres, y se inspirarán de ello por el resto de sus vidas.

El valor del trabajo

Todo en la vida tiene un precio. Siempre todo lo que haces y buscas (para bien o para mal) pero todo lo que haces tiene un costo, aprender a ser consecuente con eso que nos hace más felices, menos dependientes. Enséñale esto a tus hijos y les estarás enseñando a ser independientes y tomar sus propias determinaciones. No solo demandes que se esfuercen en la escuela; enseñales el valor del trabajo duro y pon el mismo esfuerzo en ambos, tu carrera y trabajo como padre. La dedicación y ganas no son algo con lo que naces, son cualidades que aprendes conforme creces.

Aprende a decir “NO”

Una de las funciones paternas es normar los permisos. Así como la función materna es protección. Una buena articulación entre el permiso y la protección es el poder, cuando las dos funciones están equilibradas el niño(a) se empodera de si para existir. Por supuesto, todos quieren ser el papá divertido, el que siempre es gracioso y da dulces y abrazos. Pero no olvides que la disciplina es una parte crucial de la crianza de los hijos, y algunas veces, el ser un buen padre necesita que marques límites;  establezcas  reglas y tengas que decir no.

Impartir justicia

Es bien conflictivo para todos en la familia el “has lo que yo digo, no lo que yo hago». Por favor siempre predica con el ejemplo ante tus hijos. Cada regla lleva su lugar, su momento y su edad para cada niño sin embargo se justo contigo para con ellos y entre ellos. Intenta jugar de manera justa. Enséñales a perdonar y perdonarse en la misma medida que tú lo has de hacer. Trata a todos tus hijos con el mismo respeto y las mismas expectativas y dales la misma atención, o por lo menos, lo mejor de ti. Sé que es difícil, pero es importante y lo puedes lograr.

Cuida muy bien de tu salud

Si no estás, no puedes ser un buen padre, así de simple. Cuida tu cuerpo, come bien, ejercítate, duerme y descansa, ve al doctor; muéstrales a tus hijos que te cuidas lo suficiente para mantenerte saludable y enséñales a hacer lo mismo.

Aporte al desarrollo familiar

Echa una mano en casa, lava los platos, ayuda a cocinar, baña a tus hijos, dobla algo de la ropa limpia. Muestra que no es “trabajo de una mujer” hacer esas tareas y que todo el mundo necesita ayudar en la casa para mantener una familia feliz. Romper con viejas creencias como el machismo hará de tus hijos personas libres de creencias innecesarias y fomentará valores que harán a través de ellos del mundo un lugar mejor Tus hijos se convertirán en mejores personas y mejores padres simplemente observando tu ejemplo.

Por último y muy importante “Sé cariñoso”.

No pierdas la oportunidad de decirle cuanto les quieres. Incluso si estas enfadado por que hicieron algo explícales que estar enfadado con ellos no cambia el cariño que les tienes. Que te enfadas por el acto cometido no con ellos. No olvides darles un beso de buenas noches, abrazarlos seguido y siempre decirle a tu familia que la amas. Siempre.

Tú no sabes cómo ser un buen padre en el instante en que tu bebé llega a este mundo. Sin embargo a ciencia cierta los dos se graduarán el mismo día de su nacimiento, “Tu de padre, el de hijo”, te equivocarás, te preocuparás por no tener lo que se requiere y te preguntarás miles de cosas. También estarás lleno de orgullo y amor como nunca pensaste podrías estarlo. La verdad es que probablemente sentirás una combinación de todas esas emociones en algún momento, todos los días, por el resto de tu vida. Bienvenido al largo camino de ser padre.

Sirva este artículo como homenaje a mi padre pues a través de él comprendí que solo se comienza a comprender que es ser hijo cuando se comienza a ser padre.

 

 

 

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